La vivisección es la sección de los animales en vivo con el fin de hacer estudios fisiológicos o investigaciones patológicas. Miles de animales mueren cada día como consecuencia de los experimentos salvajes a los que son sometidos en laboratorios (de empresas farmacológicas, cosméticas, universidades, etc.); otros tantos animales quedan mutilados o seriamente dañados. Finalmente son sacrificados.
Conejos albinos, gatos, perros, monos, cobayas, ratones, perros... sufren diversos experimentos que van desde quemaduras de productos abrasivos en piel y ojos hasta vivisecciones, pasando por enfermedades, parálisis y tumores provocados, mutilaciones, descargas eléctricas, cambios dramáticos o privación en sus ciclos de alimentación y sueño, aislamiento... verdaderas torturas.
El test Draize consiste en probar cosméticos, detergentes y lejías sobre ojos y piel de animales de laboratorio, principalmente conejos albinos, adecuados para este tipo de experimento por su bajo coste y docilidad, además de por la poca producción lagrimal, que permite ver rápidamente los efectos de la abrasión en los ojos.
El test Draize tiene dos partes: la primera es sobre la piel (Draize Skin Test), que es afeitada; posteriormente se aplica un esparadrapo que se quita bruscamente en repetidas ocasiones hasta que la piel es literalmente levantada. Sobre la herida se aplica el producto a probar y se cubre. En 10 días se descubre la herida para su estudio y se vuelven a hacer pruebas sobre las llagas abiertas.
La segunda parte del test Draize es el Draize Eye Test; éste consiste en verter o inyectar la sustancia a estudiar en el saco conjuntival y en la córnea de uno de los ojos del animal y estudiar el efecto de la corrosión en los días posteriores. El ojo normalmente se hincha y se llena de pus, pudiendo ser extirpado para su estudio.
Las cifras finales resultan verdaderamente escalofriantes: la masacre de estos animales sirve en un 60% para aprender cómo matar en experimentos con fines bélicos, un 30% tiene fines cosméticos y únicamente un 10% tiene una finalidad sanitaria.
Igual de escalofriante es el caso del mono Britches; esta cría de mono fue separada de su madre a los dos días de su nacimiento para conocer los efectos de la privación maternal, igual que otras 23 crías de mono; a Britches y a varias crías más los "científicos" les cosieron los párpados para estudiar las consecuencias de la ceguera inducida. No suficiente con esto, le fijaron a la cabeza un dispositivo que emitía sonidos de altos decibelios cada pocos minutos. Un aparato junto a él hacía las veces de madre sustituta. Britches fue rescatado a sus 5 semanas de vida de la Universidad de California, Riverside, por ALF (Animal Liberation Front) en 1985, junto con varios cientos de animales. Fue tratado por veterinarios y trasladado a un refugio en México, donde fue acogido por una hembra de mono que ya había criado varias crías huérfanas. Puede ver el vídeo con su historia completa en YouTube y en su página web Britches.org.uk
.
.
.Aplicación en humanos
En las fotos vemos gatos siendo objeto de experimentos de vivisección; estos animales suelen ser víctimas de inserciones de electrodos en su cerebro. Note el cráneo abierto y las pupilas del gato de la última foto, sometido a pruebas de laboratorio.
La validez de los resultados de vivisección está más que puesta en entredicho, ya que las distintas especies responden de distinta manera a los mismos productos, de modo que después de todo el sufrimiento que padecen estos animales, los experimentos realizados han llevado a permitir sustancias que han acabado resultando peligrosas y contaminantes para el hombre, descubierto esto después de años de muerte y sufrimiento de estos animales. Cada año más de 500 sustancias (algunas incluso mortales) son retiradas del mercado a pesar de haber superado con éxito la experimentación en animales. Aún así, cada año 500 millones de animales son criados, capturados, robados o ilegalmente comprados para servir a estos experimentos, la mayoría de las veces inútiles y siempre provocando un dolor innecesario.
.
.
.Aplicación en humanos
En las fotos vemos gatos siendo objeto de experimentos de vivisección; estos animales suelen ser víctimas de inserciones de electrodos en su cerebro. Note el cráneo abierto y las pupilas del gato de la última foto, sometido a pruebas de laboratorio.
La validez de los resultados de vivisección está más que puesta en entredicho, ya que las distintas especies responden de distinta manera a los mismos productos, de modo que después de todo el sufrimiento que padecen estos animales, los experimentos realizados han llevado a permitir sustancias que han acabado resultando peligrosas y contaminantes para el hombre, descubierto esto después de años de muerte y sufrimiento de estos animales. Cada año más de 500 sustancias (algunas incluso mortales) son retiradas del mercado a pesar de haber superado con éxito la experimentación en animales. Aún así, cada año 500 millones de animales son criados, capturados, robados o ilegalmente comprados para servir a estos experimentos, la mayoría de las veces inútiles y siempre provocando un dolor innecesario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario